DIVAGACIONES Y PLUMAS
José esperaba sentado en esa sala blanca, enfrente de una
recepcionista que tecleaba rápidamente, casi al mismo ritmo con el que masticaba
el chicle en su boca.
-Perdone, atinó a decir José.
-Espere su turno, en seguida será atendido; dijo la recepcionista con una voz
mecánica.
En este justo momento se abrió una puerta y salió un
chaval joven, de no más de 16 años, con el pelo rizado y rubio, tenía una de
esas muecas que no se puede explicar fácilmente, notaba tristeza en su rostro
pero al mismo tiempo sonreía.
El chaval cruzó por delante de José y le saludo tímidamente, abrió una puerta al
final de la sala, la cual daba pie a un largo pasillo luminoso y justo cuando
iba a avanzar se detuvo en seco y se giró, miro a José a los ojos y le dijo
"Quién diría que una pluma puede ser tan pesada" acto seguido dio una carcajada,
agarró el picaporte con decisión y avanzo por el luminoso pasillo.
A José no le dio tiempo si quiera a formular la pregunta que tanto quería
realizar ¿Qué es este lugar? Lo último que lograba recordar era a sí mismo
tumbado en el suelo llorando, no recordaba el por qué y a partir de ahí todo se
volvía muy borroso y nublado.
- ¿José Galán Ruiz? Preguntó la voz de la recepcionista
- Sí sí, soy yo, dijo en voz alta, antes de no poder contener la risa por lo
ridículo de la situación.
- ¿Soy Yo? Se preguntó a sí mismo, como si hubiese mucha más gente aquí.
- Pase usted a la habitación 1, por favor.
José no rechisto la petición y entro con la cabeza
agachada a la sala cerrando la puerta tras sí. Era una habitación verde con
extraños dibujos asimétricos en las paredes y un poster en el que aparecía un
gatito colgando de una cuerda de tender con el mensaje de “Aguanta cariño, ya
queda menos para el verano”.
Menuda habitación más fea, pensó José divertido.
-Si no te gusta puedo hacerla cambiar rápidamente, dijo
una voz que lleno la habitación.
En ese mismo instante la habitación se rompió en mil
pedazos como un espejo cuando es golpeado por un martillo y ante los ojos de
José volvió a formarse, esta vez con pulcras y blancas paredes y con un único
cuadro, uno con una figura angelical tendiéndole la mano a un bebe.
-Te gusta más este estiló clásico y mojigato, dijo la
voz.
En ese preciso instante, José noto que volvía a su
infancia, no porque se sintiese inocente y lleno de pureza, sino porque acababa
de perder el total control de sus esfínteres.
-Oh no, por el amor de Dios, tienes 34 años, dime que eso
que baja por tu pantalón es que se te ha abierto un refresco que llevabas en el
bolsillo.
José quería responder, disculparse por soltar su agua
procesada en esa preciosa alfombra roja que recubría la sala, pero su boca no
podía emitir ningún sonido. Por un instante recordó al momento en el que la
liebre se queda mirando los faros del coche con cara de idiota esperando a que
la convierta en un post-it, pues él era la liebre, pero no había ningún coche,
solo una maldita habitación que se transformaba a la voluntad de una voz que
procedía de ninguna parte.
Estaba asustado, confundido y orinado, habría deseado estar muert..
-Oh, veo que por fin has recordado, dijo la voz en tono
burlón
-¿Es-es-estoy mu-muerto? Atino a decir José con mucho esfuerzo
-Tan muerto como la honradez de un político, dijo la voz, rematando el chiste
con un sonoro Ja que se le metió a José en el cerebro.
-¿Pe-Pe-pero como ha sido?
-¿Pe-Pe-Pero eres tartaja o algo? No puedo decírtelo, esa no es mi parte del
trabajo.
-¿Y cuál es tú, tú, parte del trabajo?
-Juzgar, exclamo con una voz tan profunda que a José le llego al corazón.
En ese mismo instante se abrió una puerta en el fondo de
la sala, de ella surgió una figura, era un hombre de aproximadamente 37 años,
pelo largo y negro, tenía una perilla en forma de mosca y un pendiente en ambas
orejas, vestía una camiseta con rayas y unos pantalones vaqueros.
-Buenas tardes José, dijo divertido, yo seré tu juez en
esta agradable sesión de entendimiento y consenso.
José se fue hacia atrás bruscamente al tiempo que negaba
con la cabeza;
-No vas a jugármela, esto es una trampa, voy a llamar a
la policía, dijo.
-¿A la policía? Jajaja, corre, corre, será un placer verles actuar aquí dentro,
donde sus armas no funcionan y donde su poder es el mismo que el tuyo; Dijo el
hombre del pelo largo, con una gran sonrisa en su boca.
¿Q-Q-Qué quieres decir?
-Quiero decir, mi estimado amigo, que una vez atraviesas el umbral tu poder
terrenal desaparece, da igual que fueses un rey que unió bajo su yugo a naciones
enteras o que fueses un mendigo que murió congelado porque no encontró un banco
donde refugiarse, para mí sois todos iguales, es de reconocer que esta fue una
de las pocas cosas que acertasteis, la muerte os iguala a todos.
-Entonces, si yo estoy muerto, tú debes de ser Jesús, ¿No?
-Que manía tenéis los de abajo con poner nombres ¿eh? mi nombre es Adonaí, mi
nombre es El-Shaddai, algunos me llamaron el Alfa y el Omega, el creador y el
que finalizará la Fe, otros me llamaron Zeus y crearon a partir de mi a muchos
más, otra gente me llamo Shiva, y adornaron mi cuerpo con brazos sobrantes, otr..
-Divina palabra, pero es que no te callas nunca, dijo José con una mueca extraña
en su cara, una mueca que reflejaba el que acababa de darse cuenta de que había
mandado callar a Dios.
En ese momento la figura puso un semblante tremendamente
serio y alzo su dedo hacía el cielo con rabia.
-NO POR FAVOR, exclamo José
-YO TE CONDENO A..
-NOO, POR FAVOR, POR FAVOR.
-JAJAJAJ, es broma, tranquilo, dijo la divinidad en tono burlón y jocoso.
José pensó en decir algo, pero eligió callarse, increpar
a una ser que había conseguido dividir el mar en dos, podría ser, como mínimo,
contraproducente.
-Pero mi silencio es el más temido de todos, dijo la
divinidad con un semblante de tristeza en su rostro, cuantas veces he oído
gritos hacía mí, cuantas veces he deseado responder y solucionarlo todo, cuantas
veces; Una lagrima rodó por su mejilla.
-¿Y por qué no respondiste? Logro decir José
-Lo hice pero no escucharon, la capacidad del ser humano para ignorar lo
correcto y hacer el mal a sus hermanos me tiene asustado.
-¿A qué te refieres con hacer el mal? ¿A no ir a Misa? ¿A amar a alguien del
mismo sexo?
- ¿Qué? ¿De verdad crees que yo me fijo en si una persona va a misa? Quiero
decir, aprecio el gesto, pero conozco un tipo que sale de misa y va directo a
pegarle a su mujer, ¿qué gran hijo del señor verdad? Es el mismo que luego
despotrica contra los “Maricones” en el bar con sus colegas, porque es mejor un
matrimonio tradicional infeliz que uno distinto con amor, ¿Verdad? Porque yo
dije que la condenación era una bendición y que solo amaseis a los que creyeseis
dignos de amar. Espera, yo no dije nada de eso, Amaros los unos a los otros como
yo os he amado, eso fue lo que dije ¿No era tan difícil? ¿Verdad?
José estaba en estado de shock y no sabía que responder,
acaba de observar la furia de Dios por motivos que nunca se imaginaria.
-Pues allí abajo nos dicen que todas cosas son obras del
diablo, dijo José.
-¿Quién?
-Ya sabes, El diablo, el creador de todos los males, etc.
-Oh, de verdad, sois la leche
- No te entiendo, dijo José
- El diablo no es más que el espejo oscuro y deforme en el que os miráis los
seres humanos.
-No entiendo lo que tratas de explicarm..
-Pues es muy sencillo, los humanos tienen una parte oscura, una parte negra que
les consume y les destroza, una parte oscura que les vuelve contra sus hermanos
y que los convierte en bestias, pues bien, los seres humanos en vez de
enfrentarse a esa oscuridad, la extrapolan y la convierten en una excusa para
sus propios actos.
-¿Quieres decir, que nosotros somos el demonio?
-Exactamente, al igual que también sois Dios.
-Pero Dios eres tú ¿no?
-Claro, hay una parte de mí dentro de cada uno de vosotros.
-Entonces, ¿por qué tanta maldad? ¿por qué tanto dolor?
-Oh hijo mío, que exista bondad dentro de algo no lo convierte en algo libre de
maldad, de ahí lo que antes te he explicado, todo depende de a que parte
alimentes. Si te dejas llevar por el odio, la ira y el miedo, la parte oscura
crece como un cáncer arrasando todas las buenas intenciones y devorando toda la
bondad, al final el cuerpo no es más que un recipiente de maldad, por otro lado,
si das amor y das compañía, si ayudas, la parte buena crece y aunque nunca podrá
derrotar a la oscuridad porque por desgracia ella es más fuerte, poco a poco la
hace desaparecer, hasta que solo es una pequeña mancha en el corazón, que a
veces duele pero con la cual se puede sobrevivir.
José se quedó pensativo, de toda la parrafada filosófica
que Dios le había soltado, él se quedó con una palabra, una única palabra que le
aterrorizaba y llenaba de tristeza su corazón, Cáncer.
En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Eres cruel, dijo José titubeando, nosotros somos tu
reflejo nada más.
Dicho esto José rompió a llorar.
- ¿Por qué dices eso? Preguntó Dios.
De repente José sintió una rabia tremenda, sintió como le
quemaba por dentro, sintió como podía cobrar venganza, como podía ajustar
cuentas con aquel que se llevó a lo que más quería, como se llevó a..
-Ella también estuvo aquí. Dijo Dios con una sonrisa
triste.
En ese momento José se lanzó hacía ese ente, hacía ese
hombre, mujer, Dios que se había llevado a lo que más amaba, lo agarró por la
camiseta y lo zarandeó.
-¿Por qué? ¿Por qué ella y no otra? Dijo José llorando de
rabia; Vamos, ¿No tienes respuestas para todo? ¿No tienes otro discurso
filosófico preparado? Dímelo.
Dios lo miró con tristeza, le agarró de las manos y el
mundo desapareció en ese instante.
José abrió los ojos, estaba en la misma habitación pero en otro plano distinto,
como si viese todo a través de un cristal, un mero espectador.
Allí estaba ella, tan hermosa como la primera vez que la vio, tan dulce y guapa
como la última vez que la beso en aquella habitación del hospital, tan
simpática, tan radiante, tan, tan lejos de mí, tan fría, tan inerte, la
oscuridad volvió a llenar su cabeza. Pero recordó las palabras de su nuevo
amigo, alejó esos pensamientos y se limitó a mirar embobado, como el que mira
algo que sabe que no volverá a ver, algo que sabe que va a convertirse en un
recuerdo en cuestión de tiempo.
Ahora estaba como siempre, volvía a tener ese larga melena morena que se había
caído como una hoja cuando llega el invierno, ese color de piel que había
desaparecido, esos preciosos ojos negros como dos escarabajos, como dos joyas,
que hace mucho se hundieron en sus cuencas hasta casi desaparecer, en resumen,
tenía todo lo que la quimio le había quitado.
Era esa flor que él había visto marchitarse, era todo lo que él amaba.
Entonces ella habló con Dios:
-Cuida de él, por favor. Le pidió
-Lo intentaré, le dijo. Pero a veces, cuando la tristeza se convierte en
oscuridad, los seres humanos os cegáis, no podéis ver que nada dura para
siempre, la tristeza tampoco, entonces parecéis creer que la muerte acabará con
la oscuridad pero os equivocáis. Al igual que en la vida el huir de los
problemas no los soluciona, tampoco lo hace en la muerte, si algo te atormenta
debes de enfrentarte a ello o te seguirá atormentando allá donde vayas.
-Pero estaba tan triste, no se merece todo este dolor, esto es horrible, tanto
para el que lo sufre como el que lo ve, nadie debería de experimentar este
dolor. Dijo ella.
-Nadie debería de ver como su hijo muere en sus manos por no tener nada que
comer, nadie debería de ver como su vida se reduce a cenizas, nadie debería de
conocer la tristeza, pero el mundo es así y solo está en vuestra mano cambiarlo,
yo puedo ser un Dios pero vosotros sois muchos más, todo depende de vosotros.
Ella sonrió, Contéstame a una última pregunta, dijo.
-¿Por qué yo y no otra persona?
Dios se rio; ¿Por qué otra persona y no tú?
-Entiendo, dijo ella con una sonrisa, a todos nos toca, tarde o temprano, si
hubiese muerto otra persona también habría sufrimiento por la parte de su
familia.
-Eres una mujer muy sabia, dijo Dios con una sonrisa, ya sabes lo que tienes que
hacer.
Ella empezó a andar hacía la puerta, se detuvo y se giró:
-Cuando veas a..
-Sí, le diré a José que le querías, dalo por hecho.
¿Cómo lo sab..? Claro, ¿cómo no ibas a saberlo? Jaja
-Dios sonrió y le saludo con la mano.
José volvió en sí, estaba de rodillas delante de Dios,
llorando como un niño, ahora lo entendía todo.
-El único que de verdad tiene que disculparse aquí eres
tú, dijo Dios, eres el único que ha roto su promesa.
José empezó a estirarse del pelo mientras sollozaba,
Cállate, le grito, tú no lo entiendes.
-Entiendo que le prometiste que aguantarías por los dos,
pero estas aquí antes de tiempo, eso significa que no fuiste capar de aguantar,
que te rendiste.
José entonces sintió como si le disparasen en el corazón.
Se vio a sí mismo, vio esa botella de whisky vacía, vio esa noche que parecía
que nunca acabaría, vio toda la tristeza y se vio conduciendo borracho, vio como
el coche patinaba, entonces oscuridad.
-Así que eso fue lo que paso, por eso estoy aquí, ¿No?
-Exacto, exclamo Dios mientras se agachaba para ponerse a su altura, ahora
empieza tu camino hacía la redención.
Dicho esto lo agarro de la mano y lo ayudó a
incorporarse, lo sentó en una silla y sacó de la nada una balanza, la posó sobre
una mesa y hizo aparecer una pluma.
Poso la pluma en uno de los platos de la balanza y en el otro una especie de
roca negra y añeja.
-¿Que es esa piedra? Exclamó José
¿Piedra? Eso es tu corazón, así es como ha quedado tras tanta tristeza y tras
tanto dolor.
-¿Y qué vas a hacer?
-Voy a pesarlo, si pesa menos que la pluma, alcanzarás el paraíso.
- ¿Y si pesa más?
-Sí pesa más, ya verás lo que ocurre; Dicho esto procedió a pesarla, nada más
posar la piedra en plato este bajó con una gran velocidad.
José rompió a llorar y exclamó: ¿Y ahora qué, voy a ir al
infierno?
-No, dijo Dios, vas a volver y enmendar tus errores.
-¿Qué? Logro articular José con un hilo de voz.
-Solo así serás libre; así que ya sabes, aprovecha esta oportunidad, vive de tal
manera que cuando vuelvas puedas sonreírme y decir que estás listo para unirte a
ella, a la única que amas, vive de tal manera que tu corazón no esté lleno de
ira, enfado y tristeza, vuelve con un corazón lleno de paz y nostalgia por lo
que dejas; solo así podrá ser tan ligero para ascender al lugar donde ella se
encuentra.
José sonrió, se acercó a Dios, a Ahura Mazda, a Zeus,
aquella figura y la abrazo, gracias por todo, logró decir.
La figura volvió a tomar su forma original, se convirtió en luz y lleno la
habitación.
-Ahora sabes lo que tienes que hacer, le dijo.
José salió de la habitación, saludo a la recepcionista y
abrió la puerta del final del pasillo, delante de él había un largo túnel con
una luz al final. José recordó entonces al chico que se encontró hace un rato,
su sonrisa, algún día el también lograría alcanzar esa felicidad, sonrió y
empezó a caminar por el túnel.
Epílogo: En una pequeña habitación de un hospital, Marta acurrucaba a su
bebe entre sus brazos.
-¿Cómo lo llamaremos? dijo ella.
-José, dijo su marido con una sonrisa.
-Es un nombre bonito, bienvenido al mundo José, dijo Marta mientras lo acunaba.
Autor: Julio Ortega Cerezo.
(Primer premio del CERTAMEN LITERARIO "CIUDAD DE
PORCUNA" 2016,
organizado por el Ayuntamiento de Porcuna.
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